2.1 Recepción del ladrillo en obra
El cuidado de los ladrillos en la obra es de responsabilidad de todo el equipo a cargo de la obra, desde los profesionales que la administran hasta quienes tienen la responsabilidad en terreno de ejecutarla (jefe de obra, capataces y bodeguero). Antes de recibir los ladrillos, este equipo debe coordinarse y tomar medidas que permitan que el camión que transporta el material llegue sin inconvenientes u obstáculos al frente de trabajo donde se necesita el material y, a su vez, la zona escogida de descarga debe permitir una faena sin interferencias. Las medidas que deben tomarse son:
Accesos y caminos interiores de obra.
Los accesos y caminos interiores deben estar libres de calaminas, baches, hoyos, zonas anegadas que tengan un alto riesgo de atascamiento de un camión con carga. Junto con lo anterior, los caminos interiores deben contar con señalización y un ancho aceptable para realizar virajes amplios y permitir las maniobras de descarga de los pallets que contienen los ladrillos, desde el camión a la zona de acopio. En caso de existir desniveles o subidas con pendiente alta, deben ser constantemente mantenidas, a fin de asegurar que la carga no se golpee entre sí.
Una buena circulación interna evita el deterioro de los ladrillos, disminuyendo las saltaduras en las caras y ladrillos quebrados.
Elección de zonas de descarga y su preparación.
Las zonas de descarga deben estar definidas previamente y asegurar que el ladrillo no sea dañado posteriormente o contaminado con materiales que afecten la adherencia.
Deben estar niveladas y no tener elementos que interfieran la descarga (postes, tendido eléctrico, moldajes, enfierradura, escombros, etc.). Esto es especialmente importante en el caso de usar camiones pluma, a fin de que el operador que realice la descarga maniobre suavemente el pallet desde la rampa del camión al punto a pie de la obra donde quedará el material.
Equipos de descarga.
Idealmente, se recomienda descargar los pallets desde el camión utilizando plumas de descarga incorporados a éstos, debido a que este sistema ayuda a no generar despuntes en los ladrillos. De no existir esta alternativa, pueden descargarse los pallets con grúas horquilla o con equipos de movimiento de tierra (retroexcavadoras), que cuenten con elementos de izaje (uñas) y bandas de protección adecuados que permitan tomar los pallets del camión y descargarlos sin golpear las unidades al interior de éstos. Estos últimos equipos deben contar con una buena estabilidad, suspensión y tracción, de manera de poder desplazarse dentro de la obra sin deteriorar los ladrillos.
Recepción y revisión de los ladrillos recibidos.
Se debe tener presente que:
a) La revisión la debe realizar la persona especialmente designada y capacitada para esta función, generalmente es el encargado de bodega.
b) Chequear que el tipo de material es el solicitado por la obra.
c) Aplicar los criterios de forma y terminación de acuerdo con lo indicado por la norma NCh 169 para el caso de los ladrillos industriales.
d) Los ladrillos suministrados deben revisarse antes de ponerlos en obra. En caso de verificar un problema, comunicar directamente al fabricante.
e) Se recomienda almacenar los pallets en un sector adecuado dentro de la obra, idealmente a pie de obra a fin de evitar traslados. Si esto no es posible, se recomienda dejarlos agrupados en un sector de la obra y sólo en el momento de ser utilizados trasladarlos a la zona de trabajo a fin de evitar despuntes o pérdidas innecesarias por golpes o caídas.
f) Se recomienda no apilar más de un pallet en altura.
g) Impedir que se contaminen con tierra u otros materiales que puedan disminuir su adherencia y/o afecten su presentación.
h) En tiempos de lluvia, se recomienda tapar con carpas o mangas de polietileno para evitar que las unidades estén saturadas al momento de utilizarlas.
i) En caso de utilizar diferentes tipos de ladrillos, se recomienda agruparlos en sectores claramente señalados o, si están a pie de obra, marcarlos de manera que no se confundan los albañiles.
j) Proteger las unidades de las temperaturas extremas.
2.2 Cuadrilla de albañilería
La construcción de la albañilería de ladrillos es muy sencilla en cada uno de sus detalles y se puede aprender de manera autodidacta. La jerarquía de los integrantes de una cuadrilla de albañiles tiene su base en la formación del oficio de albañil, desde cuando empieza a trabajar con mínimo conocimiento y sin habilidades, es decir, sin competencias (jornal), pero que apoya a la cuadrilla. En la medida que va aprendiendo el procedimiento de construcción –va adquiriendo competencias-, pasa a una categoría mayor (ayudante de albañil); luego, al adquirir las competencias (albañil) y, finalmente, cuando tiene el conocimiento y las habilidades plenas obtenidas con años de experiencia, pasa a formar su propia cuadrilla, liderándola en la obra.
A continuación, se definen los integrantes de una cuadrilla y sus responsabilidades:
Jornal.
Su función es la de apoyar a los albañiles y ayudantes de la cuadrilla, en el abastecimiento de materiales y preparación de zonas donde se realizarán los trabajos. En la medida que aprenda de las labores del ayudante, puede ascender a este puesto dentro de la cuadrilla. Entre sus tareas, están las siguientes labores:
a) Trasladar los ladrillos desde los pallets a la zona de trabajo de la cuadrilla, acopiándolos idealmente entre 20 cm a 50 cm dentro del radio de acción de cada albañil.
b) Preocuparse de reamasar el mortero constantemente.
c) Mojar y reacopiar los ladrillos, previo a la colocación en el muro.
d) Proveer de mortero a la cuadrilla.
Ayudante.
Su función es asistir al albañil durante toda la operación de confección de la albañilería. De igual forma que el jornal, en la medida que realice correctamente su trabajo y aprenda las labores del albañil, puede ascender a dicho cargo dentro de la cuadrilla. Sus tareas son las siguientes:
a) Apoyar al albañil en la colocación de escantillones y chequeo de niveles.
b) Colocar el mortero sobre las hiladas ya pegadas.
c) Compactar las llagas.
d) Verificar el estado del mortero y la saturación de los ladrillos.
e) Armar las tarimas para trabajo en altura.
f) Colocar los ladrillos a través de los tensores de la albañilería y ubicar las canalizaciones eléctricas.
g) Cortar los ladrillos de acuerdo con los largos definidos por el albañil, que son necesarios para la confección de muros, esquinas y encuentros entre muros (encuentros en T).
h) Ayudar en la colocación de los premarcos de puertas y ventanas.
i) Colocar tubos de PVC en los tensores, en los casos en que se especifique. Este tubo se emplea para poder colocar y compactar el mortero de pega sin que ingrese al hueco donde se aloja el tensor. Cada tres hiladas, se extrae el tubo de PVC y se rellena con hormigón (grout) hasta la mitad de la altura de la última hilada.
j) Realizar la limpieza de la albañilería.
Albañil.
Es el responsable de la correcta confección de las albañilerías, es decir, del muro sin incluir los elementos de hormigón armado, en el caso de las albañilerías confinadas. Este trabajador ha logrado las competencias laborales del oficio a través del tiempo. Las labores que debe realizar son las siguientes:
a) Marcar el escantillón que se necesita ejecutar en las reglas.
b) Chequear constantemente la verticalidad y posición de reglas con escantillón.
c) Replantear las dos primeras hiladas.
d) Ejes de muros y ubicación de vanos de puertas y ventanales (donde se colocan los premarcos metálicos con las dimensiones finales de los vanos).
e) La posición y tipo de ladrillos (enteros o cortados según la medida necesaria) que conforman la traba y las esquinas (encuentros de muros en esquinas o encuentros en L) y los de medianeros con muros perimetrales (encuentros en T).
f) Asentar correctamente los ladrillos en cada hilada, respetando el nivel dado por la lienza colocada entre las dos reglas con sus escantillones.
g) Verificar constantemente la verticalidad y horizontabilidad del muro.
h) Colocar las escalerillas de refuerzo en muros y vanos, respetando las especificaciones del calculista.
i) Colocar los refuerzos horizontales de acero (trabas de acero), según las especificaciones del calculista, en los encuentros de muros, ya sea en esquinas o en T.
j) Cuantificar el número de hiladas necesarias para llegar a la altura de los antepechos.
k) Chequear la correcta instalación de los tensores y ductos con respecto a la disposición de la albañilería.
l) Debe realizar adecuadamente el llenado y compactación del mortero en las llagas.
m) Verificar la adecuada limpieza de los muros.
2.3 Trazado
El trazado de los ejes principales de la edificación se realiza de acuerdo con las indicaciones y detalles que muestran los planos de arquitectura y cálculo de las fundaciones. La faena se realiza colocando niveletas en las esquinas de la vivienda, las cuales sirven de base para trazar en el terreno, con lienzos y tizas, los ejes de los muros de la edificación. Este trazado tiene que ir de la mano con la definición de los diferentes niveles que existan en una obra.
2.4 Excavaciones destinadas a fundaciones
Los costados de las excavaciones deben ser lo más verticales posibles, en la medida que lo permita el material a excavar, de ancho regular y sin sobrepasar las dimensiones indicadas en los planos.
En esta etapa también se deben realizar todas las excavaciones necesarias para el tendido de instalaciones sanitarias y eléctricas que requiera la obra (ejemplo: malla de tierra).
2.5 Emplantillado
El emplantillado consiste en colocar una capa de hormigón pobre (H5) de 5 cm de espesor en el fondo de las excavaciones destinadas a las fundaciones. Este procedimiento tiene como objetivo nivelar y regularizar la superficie de apoyo de las fundaciones, además de protegerlas de la humedad del terreno.
2.6 Hormigonado de fundaciones y sobrecimientos
El hormigonado de las fundaciones se realiza con el tipo de hormigón indicado por el calculista en el plano de estructuras. En él se especifican su resistencia a compresión, nivel de confianza, docilidad, tamaño máximo del árido y porcentaje de uso de bolón desplazador.
Fig.64.- Detalle del trazado de sobrecimiento.
Con posterioridad al hormigonado de las fundaciones, se procede a trazar sobre la superficie del hormigón de fundación, la ubicación del sobrecimiento, para poder colocar, tanto la enfierradura definida por el plano de estructura como el moldaje de sobrecimiento. Una vez concluida la colocación de ambos elementos y revisada la enfierradura, se procede al hormigonado del sobrecimiento.
Fig.65.- Enfierradura y moldaje de sobrecimiento.
Fig.66.- Detalle de la enfierradura y moldaje de sobrecimiento.
Se recomienda utilizar hormigones que contengan aditivos impermeabilizantes, a fin de evitar el ascenso por capilaridad de la humedad a la albañilería.
Después de terminado el hormigonado y antes de que se endurezca, se recomienda lanzar un chorro de agua con hidrolavadora en la parte superior del sobrecimiento, con el fin de eliminar la capa de pasta y dar una mejor superficie adherente a la primera capa de mortero de pega.
Después que el hormigón ha adquirido resistencia suficiente (un día), se procede a retirar el moldaje de sobrecimiento y se debe limpiar la superficie del sobrecimiento, eliminando restos no adheridos de hormigón, virutas, aserrín, desmoldante, aceites o tierra.
Fig.67.- Hormigonado de sobrecimiento.
Fig.68.- Desmolde de sobrecimiento.
2.7 Instalación de reglas con escantillón
Las reglas son elementos verticales de madera o metal que se instalan en las esquinas de los muros y en otros puntos estratégicos de la obra. Estas reglas permiten definir la verticalidad y el alineamiento de los muros, además de servir como guía para el correcto escantillado de las hiladas de ladrillos.
El escantillón es una herramienta que se utiliza para marcar las alturas de las hiladas de ladrillos en las reglas. Estas marcas deben coincidir con el espesor de los ladrillos más el espesor de las juntas de mortero.
La instalación de las reglas debe realizarse con precisión, utilizando niveles y plomadas para garantizar su correcta posición. Una vez instaladas, se tensan lienzas entre las reglas para guiar la colocación de los ladrillos en cada hilada.
2.8 Preparación del área de trabajo previo a la confección de la albañilería
Traslado de ladrillos
El traslado se debe efectuar con medios mecánicos. La manipulación de los ladrillos debe ser cuidadosa por parte del albañil, evitando roces entre las piezas para que éstas no se dañen ni se despunten. El personal debe usar guantes para manipular los ladrillos.
Saturación de ladrillos
Para producir la adherencia del mortero en la cara del ladrillo, se necesita que éste absorba la lechada presente en el mortero y que el mortero fragüe y endurezca. El ladrillo, por su proceso de fabricación, tiene poros cilíndricos y de superficie suave, formados en el tratamiento térmico de la arcilla (sinterización). Al estar saturado, no absorbe agua y si está seco, succiona el agua del mortero, secándolo.
Idealmente, el ladrillo debe mantenerse sumergido durante 30 minutos en verano. Este tiempo se puede reducir si el ambiente es húmedo. Lo que se busca es que el ladrillo esté en una condición de humedad tal, que sea capaz de absorber la lechada del mortero, como se indicó anteriormente. Si la superficie del ladrillo está con agua libre o suelta, las posibilidades de adherencia son inciertas, porque la absorción es lenta. Para lograr la situación óptima, el ladrillo debe primeramente saturarse, luego permanecer sin aporte de agua durante el tiempo anterior a la colocación, por un plazo que depende de la humedad y temperatura del lugar.
Los ladrillos deben saturarse con agua limpia y previo al pegado deben retirarse del agua y dejarse en reposo, cubiertos de una lámina plástica o arpillera. Esto favorece la adherencia entre la unidad y el mortero de pega.
Nunca deben pegarse ladrillos saturados, sin previo reposo ni ladrillos en estado seco.
Corte de ladrillos
Los ladrillos deben ser cortados con un disco diamantado, provisto de un chorro de agua, sobre una mesa de corte adecuada. No se deben cortar los ladrillos con la plana o con hachuela, ya que resulta un corte defectuoso y podría requerirse romper varias piezas hasta conseguir un corte aceptable, salvo que el ladrillo tenga un precorte de fábrica.