3.1 Preparación del mortero según su tipo
Para la construcción de albañilerías, se pueden encontrar tres tipos de mortero: mortero hecho en obra, mortero premezclado y mortero predosificado seco.
A. Morteros hechos en la obra
Las especificaciones del proyecto deben indicar el o los tipos de mezcla cementicia a utilizar y la dosificación o proporción en que deben mezclarse los componentes. Estos son el mortero de junta y el hormigón de relleno.
El cemento, los áridos y demás componentes deben contar con los respectivos ensayos de conformidad que permitan su uso.
Con la debida antelación, deben realizarse los ensayos de aptitud de la o las dosificaciones impuestas, que permitan concluir que estas cumplen los requisitos de las normas relacionadas (NCh 1928, NCh 2123 y NCh 2256/1).
Los materiales deben acopiarse en lugares adecuados, que permitan mantener inalterables sus características iniciales.
Debe disponerse de un lugar estratégico dentro de la obra, en donde emplazar una central para la confección de los morteros. Ella debe estar dotada como mínimo de una betonera o equipo de mezclado, acorde con las necesidades diarias de mortero (m³/día), balanza o recipientes –en lo posible– graduados, que permitan medir la arena y el agua por cada amasada. La amasada o cachada debe considerar el empleo de sacos de cemento completos.
En resumen, el proceso de fabricación del mortero en obra debe garantizar que todos los materiales se midan en forma correcta, para evitar que entre amasadas se produzcan diferencias.
Independientemente de si el mortero o mezcla es para pegar ladrillos o para rellenar tensores, el procedimiento de confección es el mismo.
Carguío de componentes a la mezcladora:
Primero se vacía el 80% del agua, después todo el cemento, posteriormente la arena y, finalmente, si procede, gravilla de tamaño menor a 12,5 mm. El agua restante se incorpora para ajustar la consistencia del mortero. El cumplimiento de esta última debe verificarse mediante el Método de la Mesa de Sacudidas (NCh 2257/1) y debe estar entre 180 mm y 220 mm. Como este aparato no puede trasladarse a terreno, es necesario encontrar una equivalencia entre la mesa de sacudidas y el cono reducido o el cono de Abrams (norma NCh 2257/3). Este valor debe entregarlo el laboratorio oficial que valide la dosificación a emplear en la obra.
Para el caso del hormigón de relleno de tensores, la consistencia debe verificarse mediante el método del cono de Abrams y debe ser mayor o igual a 18 cm.
B. Morteros premezclados
En este caso, el cliente debe tomar contacto con una empresa de premezclados y solicitar los morteros o mezclas que tiene especificado.
Es importante tener en cuenta:
a) Los volúmenes mínimos que entregan las premezcladoras en sus camiones.
b) La mano de obra necesaria para utilizar ese gran volumen de mortero.
c) El tiempo que puede permanecer ese gran volumen de mortero en estado fresco acopiado en obra, sin ser empleado.
C. Morteros predosificados secos
Los morteros predosificados secos se comercializan en a lo menos tres formatos:
a) Saco 25 kg.
b) Saco 45 kg.
c) Silo con capacidad de entre 20 ton y 30 ton.
Modo de empleo del mortero predosificado
Mortero ensacado de pega
a) Disponer de una mezcladora limpia.
b) Incorporar el 80% del agua indicada en la ficha técnica correspondiente.
c) Vaciar el mortero seco a la mezcladora.
d) Amasar durante cinco minutos, hasta lograr la homogeneidad del mortero.
e) Agregar el 20% restante de agua o una cantidad inferior para ajustar la consistencia.
f) La información contenida en la Tabla 2 es una ayuda en la confección del mortero.
3.2 Cuidado del mortero de pega
En el caso de trabajar con sacos, el material debe ser almacenado en un lugar fresco, ventilado y seco.
Se debe amasar el producto con la dosis de agua indicada en los sacos, de modo de obtener una mezcla homogénea. En el caso de utilizar silo, la mejor forma de regular el agua en la obra es que el mortero húmedo salga del humidificador con un asentamiento de cono de entre 7 y 10 cm, pudiendo esto variar, según la temperatura ambiente y la distancia de acarreo.
El exceso de agua de amasado produce una disminución de la resistencia del producto y un notable aumento del consumo de material, pues debido a la fluidez el mortero de pega se aloja con mayor facilidad en las rejillas y huecos del ladrillo, afectando también negativamente la aislación contra la humedad y el ruido de la vivienda con el exterior.
Fig.77.- Humidificador.
Deben disponerse cubiertas que permitan recuperar el mortero que cae al piso y éste debe recogerse periódicamente.
No se debe emboquillar con el mortero recogido de las cubiertas, éste debe devolverse a la batea y revolverlo con el fresco. De otra forma, las canterías pueden tener problemas de resistencia a la abrasión y la terminación del muro, que queda irregular y porosa.
Cualquier exceso de mortero en la cara o la superficie de la unidad de albañilería debe ser removido antes que el mortero fragüe; de lo contrario, queda fuertemente adherido a ésta.
Hay morteros a los cuales se les incorpora hidrofugantes y a otros no. Los que no poseen aditivo especial para impermeabilizar tienen igualmente un alto grado de resistencia hidráulica que se debe a una graduación adecuada de la granulometría de los áridos. Esto permite que los tamaños menores ocupen los intersticios dejados por los mayores.
El uso del aditivo que permita aumentar la impermeabilidad no es incompatible con el mortero, con asesoría del fabricante de morteros predosificados puede usarse aditivo hidrófugo, pero se debe tener cuidado con la dosis utilizada, pues este tipo de aditivos tiende a disminuir la resistencia a la compresión.
Cuando el mortero ya está mezclado, debe permanecer protegido en la sombra.
El mortero es reamasado por el albañil cuando ha perdido el agua por evaporación o por la absorción en la arena. También se puede reamasar el mortero que rebosa al asentar los ladrillos y que no se ha contaminado. El albañil remezcla a mano en su batea, según su costumbre y el tipo de obra realizada, y debe reponer el agua perdida antes de que se inicie el fraguado.
Los morteros preamasados deben ser usados según las instrucciones de su fabricante.
En el transporte del mortero se tiene que evitar la exudación del agua. Se usan medios que eviten la segregación por exceso de movimiento y se trata de acortar las distancias del transporte, compatibilizando con la disposición de la obra.
3.3 Preparación del sobrecimiento previo al inicio de la albañilería
Este punto es el que requiere de mayor cuidado y atención al inicio de la confección de la albañilería. Una correcta ejecución, iniciada al construir el sobrecimiento (ver 2.6), asegura la adherencia de todo el muro de albañilería al sobrecimiento, logrando que la estructura (muro albañilería – sobrecimiento) trabaje de manera solidaria.
La preparación final de la superficie del sobrecimiento debe realizarse mediante la aplicación de agua a presión -sobre la cara superior del sobrecimiento- que es la que estará en contacto con el mortero en la primera hilada de la albañilería. Con esto se busca cumplir lo siguiente:
a) Eliminar el mortero superficial y el polvo producido por la exudación, obteniendo una superficie limpia, rugosa, sana y pareja.
b) Retirar todos los materiales que se encuentren sueltos sobre el sobrecimiento, tales como tierra, escombros, desmoldante, piedras, etc.
c) Humedecer el sobrecimiento, a fin de que no le reste agua al mortero de pega del primer tendel.
Cumplidos los puntos anteriores se evita una baja adherencia entre la albañilería y el sobrecimiento, y puentes de traspaso de humedad hacia el interior de la vivienda.
3.4 Replanteo de las dos primeras hiladas
Realizada la limpieza del sobrecimiento, el albañil a cargo de la cuadrilla debe ubicar los ejes de muros y trazar los vanos de puertas y ventanas, en donde se deben colocar los premarcos metálicos con las dimensiones finales de los vanos. Además, debe definir cómo realizar la confección de singularidades, tales como esquinas (encuentros en L), encuentros medianeros con muros perimetrales (encuentros en T) o muros cuyo ancho requiere de cortes especiales de ladrillos.
Para definir la modulación y verificarla, el albañil genera una plantilla, colocando los ladrillos de la primera hilada sobre el sobrecimiento, sin mortero, separándolos entre sí de acuerdo con el espesor de la llaga definida por el arquitecto.
Fig.78 y 79.- Replanteo de primera hilada
En la segunda hilada, el albañil puede ubicar los ladrillos que tienen cortes a mitad o especiales, asegurando, de esta manera, una traba homogénea en todo el muro.
Definida la modulación de las hiladas, es altamente recomendable colocar tubos de PVC de 40 a 50 mm de diámetro y un largo entre 40 cm y 60 cm, en cada uno de los tensores de la albañilería. Esto se realiza porque existen dos soluciones para rellenar los huecos de los tensores de los ladrillos, pero debe ser especificada en el plano de estructura del proyecto.
GPT-4o
Gracias por señalarlo. Ahora que tengo el documento completo, puedo asegurarme de transcribir exactamente el contenido del punto 3.5 Preparación para llenado de huecos de tensores del documento. Aquí está la transcripción textual:
3.5 Preparación para llenado de huecos de tensores
Uso de mortero de pega como relleno de los tensores
En este caso, el mortero de relleno se puede compactar en forma simultánea a la confección de cada hilada o bien se puede llegar hasta una altura máxima de 25,0 cm de muro. En cualquier caso, se deben retirar los tubos y luego compactar el mortero.
Uso de hormigón como relleno de los tensores
Si se ha especificado esta solución, los tubos de PVC cumplen la función de evitar que el mortero de pega penetre en los huecos de los ladrillos por donde pasan los tensores. Se retiran los tubos de PVC y se rellena con un hormigón especial.
3.6 Confección de primera y segunda hilada
Para la confección de la primera hilada, se procede a colocar el primer tendel, que corresponde a la primera capa de mortero que está en contacto entre el sobrecimiento y la primera hilada de ladrillos. Este permite absorber las irregularidades o desniveles que pueda tener el sobrecimiento, pero su espesor no debe sobrepasar los 20 mm.
Fig.81 y 82.- Confección primera hilada.
Se recomienda que el mortero de pega de la primera hilada tenga incorporado un aditivo impermeabilizante, para evitar la humedad que pudiese ascender por capilaridad desde el sobrecimiento.
Luego de colocada esta primera capa de mortero, el albañil coloca la primera hilada de ladrillo (humedecidos previamente), llamada también hilada patrón, en la que se distribuyen y ajustan los ladrillos y la medida de las llagas, a lo largo del muro.
Fig.83.- Confección hilada patrón.
La confección de la segunda hilada parte con la segunda colocación de mortero, puesto por el albañil sobre los ladrillos de la primera hilada (segundo tendel). Debe sobrepasar unos centímetros el espesor proyectado, ya que parte de éste es usado para llenar las llagas de la primera hilada.
Fig.84.- Confección segunda hilada.
Cada una de las llagas de la primera hilada deben rellenarse por completo y, además, ser chequeadas por los jefes de obra y profesionales, ya que este es un punto que algunos albañiles descuidan en la ejecución del muro, principalmente preocupados por aumentar el avance. Esto implica que puede darse el caso de que sólo rellenen las llagas por sus costados, dando al muro un aspecto de terminado, pero impacta en la resistencia de la albañilería, así como en su impermeabilidad, ya que al quedar un punto central de la llaga sin mortero, se acumula humedad y producirán manchas en los muros, incluso en los ya estucados. Para evitar esto, aparte de llenar muy bien las llagas, éstas se deben compactar por medio del uso de llagueros, como se muestra en las figuras 85 y 86.
Fig.85 y 86.- Relleno y compactación de llagas.
«Se recomienda que el mortero de pega de la primera hilada tenga incorporado un aditivo impermeabilizante, para evitar la humedad que pudiese ascender por capilaridad desde el sobrecimiento.»
La colocación de los ladrillos de la segunda hilada se realiza teniendo como referencia la altura del ladrillo más el mortero especificado en el escantillón. Además, se debe tener especial cuidado en la colocación de éstos, debiendo asentarlos mediante presión y movimientos longitudinales al muro, de modo de acomodarlos a la altura, nivel y ubicación para dar la traba especificada. Esto último se observa claramente al mirar el plomo de las llagas, que deben coincidir hilada por medio cuando se especifica la colocación del ladrillo a media traba.
Fig.87.- Colocación de ladrillos alineado con lienza.
Fig.88.- Chequeo de verticalidad.
El albañil debe auxiliarse permanentemente con la lienza atada a las dos reglas con escantillón, para lograr el nivel proyectado y, además, debe utilizar un nivel de burbuja para verificar su verticalidad en todo momento.
El ladrillo debe ser instalado cuando el mortero de junta esté fresco y plástico, para asegurar una buena adherencia. Una vez colocado, el ladrillo debe ser presionado hacia abajo y adelante sobre el mortero, para conseguir una junta compactada.
No debe moverse ningún ladrillo después de fraguado el mortero, ya que esto rompe la adherencia.
Si se detectan ladrillos o mortero suelto, deben ser removidos. Si es preciso retirar uno o más ladrillos, se deben dejar aparte, sin volver a utilizarlos, y ser reemplazados por nuevos, debido a que al tener mortero en contacto, el ladrillo pierde la adherencia producto de que los poros ya están llenos de cemento.
3.7 Relleno de Tensores
El hueco con barras de refuerzo tiene que quedar totalmente lleno con la mezcla, para unir el ladrillo y el refuerzo. Es más fácil llenar un hueco con mortero, pero al disminuir el tamaño máximo se aumenta la retracción y se corre mayor riesgo de que la mezcla se despegue, no cumpliendo su objetivo.
Las disposiciones sobre la ejecución del relleno, que están indicadas en NCh 1928, se refieren a:
- La limpieza de los huecos, incluyendo restos de mortero de pega.
- La interrupción de la colocación del hormigón se debe hacer a media altura de la unidad.
- La prolija consolidación del hormigón mediante vibración, evitando vibrar la armadura.
- La prohibición de doblar las armaduras después de iniciado el relleno.
- Si se llena la altura de un piso, se tiene que hacer después de 48 horas de finalizada la faena de albañilería.
La técnica de llenado depende de la trabajabilidad de la mezcla de relleno y de la dimensión del acceso. El procedimiento de bombeo del material es más práctico cuando la cantidad de relleno es grande y resulta caro y complicado cuando los rellenos son menores.
En obras medianas o pequeñas, el mortero se coloca mediante capachos o baldes equipados con tubos o mangas que facilitan el acceso y aseguran el llenado total. La compactación se hace por varillado o por vibración. El tiempo de la vibración debe limitarse al mínimo necesario que no segregue la mezcla, que es de alta fluidez.
El hormigón debe ser de consistencia fluida -mayor que 18 cm de asentamiento en el cono de Abrams- y el tamaño máximo de sus áridos no debe superar a un quinto del escantillón (en unidades de 7 cm de altura; Dn < 15 mm). Es recomendable que la dosificación de la arena considere el efecto pared del pilar.
Respetar los tiempos de endurecimiento de la albañilería antes de colocar moldes u hormigonar.
3.8 Colocación de escalerillas
La función de los refuerzos horizontales en los muros de albañilería está básicamente orientada para:
a) Aumentar la resistencia del muro frente a solicitaciones sísmicas.
b) Controlar la fisuración producida por la retracción del mortero.
c) Controlar la fisuración en puntos singulares como vanos de ventanas o cambios de sección.
Fig.97.- Colocación de escalerillas.
Las escalerillas son utilizadas, principalmente, para absorber los esfuerzos de corte, por lo que la adecuada instalación de esta armadura es clave para el buen desempeño del muro ante este tipo de solicitaciones. La disposición de las escalerillas dentro del muro depende de las indicaciones del calculista, pero, generalmente, estas se disponen cada dos a tres hiladas dentro del muro.
Los cuidados que deben tenerse al momento de instalar las escalerillas son:
a) Empalmarse con la armadura de pilares.
b) No cortarse en ningún punto.
c) Traslaparse al menos un cuadrado de la escalerilla.
d) Quedar embebida dentro del mortero de pega que conforma el tendel, centrada dentro del muro, no quedando expuesta por ninguna de las dos caras del muro.
Previo a la colocación de la escalerilla, se recomienda compactar primero las canterías verticales o llagas, utilizando llagueros, para posteriormente proceder a la colocación de las escalerillas. El colocar la escalerilla antes de compactar la llaga vertical redunda en la no ejecución de la junta vertical.
3.9 Remate de juntas
La cantería no sólo tiene una finalidad estética, sino que también en las albañilerías que no tienen revestimientos, ésta ayuda a una rápida evacuación del agua lluvia. Por esto, siempre debe exigirse en albañilerías a la vista el correcto relleno y terminación del mortero de las juntas, por lo que todas las canterías deben ser siempre trabajadas con herramientas adecuadas.
Una ejecución deficiente de una cantería puede provocar, por ejemplo, que en tiempo de lluvia el agua encuentre algún punto vulnerable y se produzcan filtraciones a través del muro. Por este motivo, es muy importante la correcta ejecución de las llagas en todo el espesor del muro, porque la mala práctica de los albañiles de tapar las llagas sólo por el exterior no asegura la impermeabilidad del paramento.
El tratamiento externo de las juntas debe realizarse con una profundidad entre 3 a 5 mm con respecto a la arista del ladrillo de la hilada inferior y mientras el mortero permita la deformación ante la presión de un dedo. La forma que pueden tener las juntas se muestran a continuación:
- Cóncava
- En «V»
- «Llena»
- «Plana»
Fig. 98.- Remate de juntas
El remate de las juntas es más eficiente con un «cantero», de un ancho un poco mayor que el de la junta. Para esto, se presiona el mortero contra las unidades y se limpia la superficie con una escobilla seca. En caso de utilizar una esponja húmeda, se usa antes de pasar el «cantero», de manera que la superficie quede lisa, sin porosidades ni granos de arena visibles.
Fig. 99 y 100.- Remate de canterías.
Las canterías «planas» y «llenas» no son capaces de impedir la penetración de agua, ya que requieren de un especial cuidado en su ejecución para lograr la eventual impermeabilidad. Son recomendables de usar solamente cuando el muro va a ser estucado o revestido posteriormente.
Se recomiendan las canterías cóncavas o en «V», que hagan correr el agua por ellas y no retengan humedad.
3.10 Uso de premarcos de ventanas
El uso de premarcos en las viviendas se debe a la necesidad de estandarizar los marcos de ventanas en proyectos de construcción masiva. Al usar este tipo de elementos, los vanos de las viviendas son idénticos y se evita el confeccionar por cada vivienda un marco.
La ubicación de los premarcos se define antes del inicio de la confección de la albañilería, ya que son los trazadores quienes deben marcar de manera clara en el sobrecimiento la posición de los vanos de las ventanas. Con esto, la cuadrilla de albañiles conoce la ubicación y, una vez ejecutadas las hiladas del antepecho, procede a instalar el premarco dentro de los límites fijados por los trazadores. Esto permite a los albañiles seguir ejecutando la albañilería sin interferencias o sin necesidad de realizar cálculos o ajustes.
Se recomienda que los premarcos sean metálicos, puesto que utilizar premarcos de madera conlleva a errores, por la facilidad que tiene este material de torcerse ante la presencia de humedad o altas temperaturas.
3.11 Limpieza de muros
La confección de albañilerías genera suciedad en los muros, producto de la caída del mortero de pega, lo que puede ocurrir ya sea durante la confección de una hilada o durante el remate de una junta. Si el material no es retirado rápidamente, éste se adhiere a la albañilería y es muy difícil sacarlo de una manera rápida y efectiva.
Es por este motivo que se recomienda siempre que, a medida que se terminan de rematar las juntas de la albañilería, se proceda a limpiar la albañilería, utilizando sólo una esponja grande y agua. Al aprovechar que el cemento aún no fragua, con la ayuda de una esponja humedecida es posible retirar los restos adheridos de mortero a la albañilería.
Se recomienda realizar este proceso antes de que el mortero se endurezca. Se deben retirar todos los excesos de mortero de ambos lados del muro.
Fig. 104.- Limpieza de muros.
Fig. 103.- Limpieza de muros.
3.12 Curado y protección de muro para reducir retracciones
El curado y protección de las albañilerías de ladrillo se compone de la protección física de los elementos y del cuidado del endurecimiento químico de las uniones.
Curar la albañilería consiste en el riego permanente, con agua limpia, idealmente potable, cuya intensidad y duración depende de las condiciones ambientales (viento, sol, temperatura, etc.), pero no debe ser menor a siete días en condiciones de permanente humedad. El no curar la albañilería puede disminuir la resistencia a la compresión y a la abrasión del mortero de pega, por pérdida prematura del agua de amasado, así como también presenta un aumento negativo de la retracción, pudiendo separar el ladrillo del mortero de pega.
Es necesario evitar las roturas de las uniones por carga prematura del elemento estructural, al tratar de continuar antes de tiempo con la colocación de nuevas hiladas. Por ejemplo, se debe evitar poner moldajes de cadenas, vigas o pilares, hacer llegar vibraciones o cargas transmitidas por elementos vecinos. Además, se pueden producir deformaciones cuando la adherencia aún es precaria.
El curado se hace de la misma forma que en el hormigón. Para evitar choques térmicos, se debe hacer un riego temprano en la mañana y otro al terminar la tarde (en época de verano tres veces al día y en invierno, en presencia de viento, dos veces al día). Cubrir con arpilleras, malla o geotextil y/o hacer uso de cortavientos y sombras; calentar o humedecer el ambiente, según las condiciones del lugar. El curado de las mezclas para el relleno de los huecos debe hacerse en las superficies superiores expuestas, ya que lateralmente está protegido por las unidades cerámicas.
3.13 Precauciones con temperaturas extremas
Los ambientes fríos bajo 5 ºC no permiten continuar la faena de levantar una albañilería. No se deben usar ladrillos congelados ni asentar ladrillos sobre una base (hormigón o albañilería) que está congelada. Se toman las mismas precauciones que en los hormigones de cemento hidráulico: se calienta el agua de amasado, se calefacciona el ambiente y se colocan protecciones cortavientos, etc.
Cuando la temperatura ambiente supera los 35 ºC se debe paralizar la faena, a menos que se tomen las precauciones de bajar la temperatura del mortero (usando agua fría), se coloquen sombras, cortavientos y se humedezca el ambiente con neblina de agua. Todas las medidas deben estar orientadas a evitar el secado prematuro de los morteros y una retracción excesiva.
En altas temperaturas, se aplican sombras y se humedece el ambiente, para evitar la evaporación prematura del agua. Siempre que hay un ambiente de temperatura extrema se tiene que aumentar la intensidad del curado.
De realizarse las faenas durante días lluviosos, se deben tomar las medidas necesarias para asegurar que el mortero no modifique su razón agua/cemento.
3.14 Impermeabilización del muro
Fig. 105 y 106.- Muros impermeabilizados
Impermeabilizar el muro es fundamental para mantener los muros secos y evitar así las eflorescencias que perjudican la estabilidad futura de los revestimientos de terminación.
El producto elegido, según las recomendaciones de los fabricantes, debe aplicarse sobre el muro limpio, libre de residuos y presentar una humedad de acuerdo a lo especificado por el producto, ya que en caso contrario el sustrato no lo puede absorber, quedando las sales en la superficie.
Debe tenerse especial cuidado en impermeabilizar los sobrecimientos, pilares, canterías y cadenas, ya que estos elementos funcionan como conductores de la humedad.