Cap5-copia

Capitulo 5 Procedimientos constructivos.

En este Capítulo se describen los procedimientos constructivos de tipo general que es recomendable utilizar en las construcciones de albañilería armada en que se emplee bloques de
hormigón. Las indicaciones que para este objeto se dan deben evidentemente ser ajustadas a
las condiciones reales de cada obra, principalmente en lo que concierne a los recursos disponibles, pero, en todo caso, tomando en consideración los fundamentos básicos que las originan,
los que se insertan en las explicaciones que siguen.
Se observará que en las sucesivas operaciones que se describen se insistirá en la necesidad de
evitar el humedecimiento de los bloques, con el objeto de que, al evaporarse posteriormente esta
humedad, no se produzca una contracción que pueda inducir fisuras y grietas en las albañilerías.
Al respecto debe señalarse que esta condición es más importante mientras el humedecimiento
provoque un alto grado de saturación del bloque, por lo que, en consecuencia, este efecto será
menor mientras más compactos sean los bloques usados, aspecto que normalmente está relacionado con su calidad de fabricación.
5.1 Bloques. Recepción en obra. Almacenamiento
Es conveniente que las partidas de bloques sean sometidas a una inspección en el momento de
su recepción en obra, para lo cual pueden aplicarse los procedimientos de muestreo y criterios
de aprobación y rechazo señalados posteriormente en el párrafo 6.1 del Capítulo 6.
El almacenamiento de los bloques en obra tiene como objetivo principal protegerlos de la
absorción de humedad, de manera que ésta no se eleve por sobre el valor máximo indicado en la
Norma NCh 181 o el especificado por el Proyectista, en los casos en que se exigen condiciones
más restrictivas. Para lograr una adecuada protección en este sentido, los bloques deben
mantenerse apilados sin entrar en contacto con el terreno y bajo una cubierta impermeable
(láminas de polietileno, planchas, superficie techada o similar), en la forma señalada en la Figura
en los períodos en que se prevea altas humedades ambientes, lluvia o heladas.
El lugar de almacenamiento debe, además, estar ubicado de manera de impedir que se
contaminen por tierra u otros materiales que puedan dañar posteriormente su adherencia con el
mortero de junta o los recubrimientos que se coloquen sobre ellos o su aspecto estético, en el
caso de quedar a la vista.

5.2 Operaciones Rutinarias.
Este párrafo está destinado a comentar las condiciones de ejecución de algunas operaciones de
tipo repetitivo que deben efectuarse durante la construcción de obras de albañilería y que forman
parte complementaria del levantado de la albañilería misma.
a. Fabricación del Mortero de Junta.
Una vez obtenidos los materiales que cumplan las condiciones señaladas en 2.2.1 y determinada su dosificación según se indica en 2.2.2, ellos deben medirse en condiciones que aseguren el
empleo de las cantidades previstas y mezclarse de manera de obtener una buena homogeneidad. Con este objeto, es necesario respetar las siguientes reglas mínimas:

  • La medición de los materiales es conveniente efectuarla preferentemente en peso, si es
    posible con una precisión no inferior al 2% de la cantidad que se incorporará en cada
    amasada.
    Si la medición debe efectuarse en volumen, se tendrá la precaución de usar elementos de
    medición calibrados y considerar el esponjamiento producido por la humedad contenida en
    la arena. El cemento y las adiciones se medirán preferentemente por sacos enteros O en
    su defecto, por medios sacos.
  • El amasado se efectuará preferentemente por medios mecánicos, empleando para este
    objeto un tiempo mínimo de 5 minutos o el necesario para completar 100 revoluciones
    del equipo de amasado. En caso de no disponerse de los elementos, podrá emplearse
    la revoltura manual, a condición de no preparar amasadas de un volumen superior a 150
    litros o el que pueda colocarse en alrededor de 1.5 h de trabajo ininterrumpido.
    b. Pegado de los Bloques.
    El mortero de junta debe esparcirse en fajas longitudinales en la cara superior del bloque ya
    colocado en sitio y en las laterales de contacto del bloque por colocar, posteriormente a lo cual
    se procede a aplicar este último, presionando hacia abajo y lateralmente contra .la albañilería
    adyacente hasta obtener la posición precisa, en la forma que se detalla en las Figuras 5.2 a 5.4.

Para poder proceder en la forma descrita, es especialmente importante la trabajabilidad, y en
particular la consistencia del mortero, ya que éste debe poder adherirse totalmente a los bloques,
sin escurrir hasta dejar en sitio la unidad que se coloca. La consistencia necesaria para ello
puede determinarse prácticamente colocando una porción de mortero sobre la llana metálica, sin
que escurra al ponerla en posición vertical.
Este procedimiento permite obtener un buen relleno de la junta vertical del bloque a colocar, a
diferencia de lo que ocurre cuando éste se efectúa con el bloque ya colocado en su posición
final, operación que se ejecuta con mucha frecuencia, y que tiene muy deficientes resultados.

c. Ejecución de canterías.
Antes de que el mortero de junta endurezca, pero sea capaz de resistir la presión de un dedo, deben
hacerse las canterlas, para lo cual se procede en la forma señalada en el párrafo Tratamiento de las
Juntas entre Bloques del Capítulo 4, dejando la forma deseada. Aparte de su calidad estética, las
canterlas son importantes para producir impermeabilidad y un buen aspecto de la albañilería.
5.3 Construcción de la Albañilería.
El proceso de construcción de la albañilería de bloques incluye muchas operaciones de sencilla
ejecución, repetitivas y conocidas por quienes ejecutan trabajos de esta naturaleza. Sin embargo, para un mayor orden en la exposición y para revisar conceptos que, a veces, por su misma
simpleza se descuidan, se ha estimado conveniente abarcar la materia en toda su extensión,
resaltando aquellas quo sean do mayor importancia o singularos para los bloques de hormigón.
a. Tolerancias de Construcción.
La albañilería forma parte normalmente de la obra gruesa de la edificación y debe estar, en
consecuencia, sometida al cumplimiento de las tolerancias de construcción que se haya .especificado para ésta.
Por ejemplo, en lo que concierne a su verticalidad, NCh 1928 establece los siguientes valores
para muros y columnas:

Por este motivo, considerando además las características de esbeltez normales de una albañilería, es necesario mantener un control permanente de su alineamiento durante la ejecución (*).

b. Preparación da las Armaduras.
En el párrafo 2.4 se señaló las funciones generales que cumplen fas armaduras en las
albañilerías armadas.
A pesar de estas distintas funciones, existen, sin embargo, algunas condiciones generales que
deben considerarse en la colocación de las armaduras, las que pueden resumirse en la forma
que se indica a continuación.
En primer lugar, previamente a su puesta en obra es necesario verificar que ellas corresponden a
la calidad y dimensiones establecidas en el Proyecto.
Posteriormente, es conveniente verificar que no contengan óxido en escamas y que durante el
período de almacenamiento no se hayan contaminado con tierra, grasas o, en general, con
materiales que pudiesen afectar su adherencia, sometiéndolas a limpieza mediante escobillado
si ello se hubiese producido.
c. Colocación da las Armaduras Verticales Embebidas en el Cimiento.
Al efectuar su posicionamiento, debe respetarse con cuidado su exacta ubicación y los recubrimientos con respecto a los bloques de la albañilería, para lo cual es conveniente utilizar una
plantilla. Este aspecto deba tenerse en especial consideración, tomando en cuenta que, en
general, el recubrimiento es de pequeñas dimensiones y las armaduras no deben doblarse para
lograr su correcta ubicación.
Otro aspecto digno de importancia es la posición de los empalmes, ya que su longitud debe
coordinarse con las etapas constructivas de la albañilería y debe conducir a largos de armadura
compatibles con el enhebrado de los bloques que conformarán la albañilería. Por esta razón es
conveniente que la obra se planifique en conjunto con el Proyectista, de manera que sean
debidamente ponderados tanto los aspectos de diseño como los constructivos.
d. Preparación Previa.
Una vez hormigonado el cimiento y sobrecimiento, si éste existe, previamente al comienzo de la
colocación de las unidades de bloques es necesario someter la superficie base a un tratamiento
de junta, destinada a eliminar la lechada que se acumula en la parte superior de todo hormigón
debidamente compactado.
La ejecución de este tratamiento se efectúa de preferencia cuando el hormigón está aún en su
estado fresco, etapa en la cual basta con la aplicación de un chorro de agua con una presión
suficiente como para eliminar un espesor de alrededor de 0.5 cm de lechada o mortero fino o
hasta que empiecen a aparecer los granos de árido de un tamaño aproximado a 5 mm, durante
el tiempo necesario para que el agua de lavado deje de arrastrar material del hormigón y salga
completamente limpia. Dado que el cumplimiento de estas condiciones depende de varios
factores, entre otros de la temperatura ambiente, de las características del hormigón, de la
presión del agua etc., el inicio del tratamiento de lavado debe determinarse experimentalmente
en obra, pero los plazos de espera habituales para el comienzo de su ejecución son del orden de
cuatro horas después del término de la colocación del hormigón.
Cuando el tratamiento no se efectúa en las condiciones señaladas y el hormigón se deja
endurecer, será necesario someter la superficie a un picado mediante una herramienta adecuada, que puede consistir en una barretilla, picota o un martillo neumático liviano. El tratamiento así
aplicado es menos efectivo que el lavado antes descrito, pues daña la superficie, afectando la
adherencia de los granos de árido grueso.
Inmediatamente antes de la colocación de los bloques es necesario efectuar una limpieza con
agua para eliminar la suciedad que se hubiese acumulado, dejando luego secar la superficie.
Asimismo, durante la construcción, al reanudar la colocación de bloques en la albañilería
después de una detención, se efectuará una limpieza de la superficie, preferentemente con aire

a presión o, en caso de no contarse con él, mediante un barrido o escobillado, no debiendo
emplearse agua para este objeto.
e. Levantado de la Albatlilerfa.
El levantado de la albañilería debe iniciarse en forma acuciosa desde la primera hilada, para lo
cual la práctica aconseja el emplee de procedimientos que permitan mantener un control
permanente durante la ejecución, tales como los que se detallan en este párrafo. El uso de estos
procedimientos es imprescindible cuando se desea una buena calidad de terminación de la
albañilería, sin la colocación de estucos o materiales de terminación, con la consiguiente
economía que ello representa.
Para este objeto, es recomendable seguir las etapas que se detallan a continuación:

  • Marcar sobre el cimiento una línea de referencia, ligada a los ejes de la obra, que
    permita ubicar en línea recta el borde externo de la primera hilada de bloques a colocar.
    Ver Figura 5.6.
  • Colocar los bloques que conforman la esquina del muro, efectuando una prueba de
    calce previa sin emplear el mortero de junta, en la forma que se indica en la Figura 5. 7.
    De esta manera se prevén posibles cortes de las unidades.
  • Dejar ventanas para limpieza de los huecos que se rellenarán, cortando con esmeril
    angular. La placa de bloque extraída se empleará postoriormonto paro tapar la ventana.
  • Colocar el mortero de junta sobre el cimiento. Ver Figura 5.8.
  • Colocación definitiva de las unidades de la esquina,” verificando cuidadosamente su
    alineamiento horizontal y vertical mediante nivel de albanil, en la forma señalada en las
    Figuras 5.9 a 5. 1 3.
    -_ Elevación de ambas esquinas del muro en tres a cuatro hiladas, dependiendo de la
    posición de las armaduras horizontales, antes de completar el relleno de la parte central,
    verificando sistemáticamente el alineamiento horizontal y vertical de cada unidad colo•
    cada. Ver Figuras 5.14 a 5.18.
  • Colocar las unidades intermedias alineando con una lienza apoyada en las unidades
    extremas, en la forma indicada en las Figuras 5.19 a 5.22.
  • La colocación de las unidades intermedias también puede efectuarse en una sola operación con las de las esquinas, elevando la albañilería por hiladas completas. Este procedí·
    miento permite una mayor rapidez de avance y, si se cuenta con operarios avezados en la
    construcción de albañilerías de bloques, proporciona una adecuada seguridad en la obtención de un alineamiento correcto de las hiladas.
  • Durante la colocación de las unidades deben tomarse las precauciones que se indican a
    continuación:
    • Los bloques NO DEBEN HUMEDECERSE ni antes ni después de su colocación.
    • El mortero de junta debe estar fresco durante todo el tiempo que dure la colocación.
    • Eliminar de inmediato el mortero excedente que escurra al asentar cada unidad. Este
    mortero puede ser reutilizado sólo si se encuentra fresco.
    • Eliminar todos los goteos y derrames que caigan sobre los bloques ya colocados
    cuando el mortero se haya secado, raspando con la plana del albañil, escobillando y
    puliendo con un trozo de hormigón endurecido en la forma que se senala en las
    Figuras 5.23 a 5.25.
  • La elevación de las hiladas debe coordinarse con la colocación de las armaduras,
    particularmente con la posición de los empalmes de las armaduras verticales y con la
    ubicación de las armaduras horizontales.
  • La velocidad de elevación de la albañilería no deberá exceder de 1.2 m por día, excepto que
    se adopten precauciones para su arriostramiento lateral mediante puntales diagonales o
    que simultáneamente se estén también elevando muros transversales que permitan ejercer
    este mismo efecto de apuntalamiento.

f. Colocación de las Armaduras Horizontales.
La elevación de la albañilería debe necesariamente detenerse al llegar ésta a la altura señalada
en el Proyecto para la colocación de armaduras horizontales. Para este objeto pueden preverse
dos disposiciones distintas:

  • Escalerillas prefabricadas embebidas en el mortero de junta, las cuales se colocan una
    vez esparcido el mortero de junta, presionándolas y restregándolas contra éste hasta
    sumergirlas totalmente en él. A continuación el mortero debe ser compactado superticialmente para asegurar una buena adherencia.
  • Barras de refuerzo, colocadas empleando bloques especiales con rebaje para dar paso
    a estas armaduras. En este caso, debe procederse a un relleno con un mortero que
    embeba totalmente las barras de acero hasta una profundidad mínima de 5 cm bajo la
    parte inferior de ellas, en la forma que se señala en la Figura 5.26.

En caso de no estar definido en el Proyecto, de los procedimientos señalados debe preferirse el
segundo, ya que asegura una mejor calidad de construcción, limitando el uso del primero sólo a
los elementos de menor importancia estructural y a viviendas de no más de un piso de altura.
Para conseguir que los pilares tengan continuidad, el relleno se interrumpirá al llegar a los
huecos correspondientes a las armaduras verticales, empleando para ello tablillas o separadores, los que se retirarán en cuanto el mortero ha endurecido, previamente a continuar levantando
la albañilería.
g. Empalme de Armaduras Verticales
Las armaduras verticales sólo pueden alcanzar una altura que permita el enhebrado de los bloques,
motivo por el cual, al llegar a esta posición para continuar la construcción del muro en altura, es
necesario proceder al empalme de las armaduras verticales.
Para este objeto, salvo otra definición en el proyecto, debe preverse una longitud no inferior a 40
veces el diámetro de la barra menor. En consecuencia, las barras verticales deben sobresalir en
dicha longitud por sobre la etapa del muro en construcción, en la forma que se señala en la figura
5.28.

h. Colocación de Duetos y Cañerías Interiores.
Juntamente con la elevación de la albañilería, es conveniente prever la colocación de los duetos
y cañerías para instalaciones. Por razones de buena calidad de tenminación superficial de las
albañilerías e igualmente por condiciones de seguridad estructural, no debe procederse a
efectuar picados para colocarlas embebidas superficialmente, por lo que resulta un buen
procedimiento utilizar para este objeto los huecos interiores de los bloques para los elementos
verticales y prever el empleo de bloques rebajados para dar paso a los horizontales, en forma
parecida a la empleada para las armaduras.
Ello hace necesario, por una parte, considerar esta disposición en el diseño y, por otra, coordinar
su colocación junto con las etapas de elevación de la albañilería, previendo longitudes y uniones
que permitan efectuar los empalmes necesarios. Además, debe contarse con implementos de
corte de los bloques (esmeril angular u otro similar), para dejar los espacios necesarios para las
conexiones exteriores, como ser enchufes, interruptores, llaves de paso etc.
5.4 Relleno de Pilares con Mortero u Hormigón.

  • Consideraciones Generales.
    Una vez elevado el muro hasta la altura prevista, debe efectuarse el relleno de los huecos
    interiores que llevan armaduras y los especificados en el Proyecto, utilizando mortero u hormigón
    para este objeto. En el párrafo 2.3 se indicaron las condiciones que estos materiales deben
    cumplir para emplearlos con esta finalidad.
    Los bloques de hormigón presentan la ventaja de disponer de huecos de dimensiones apropiadas para la ejecución de un relleno de buena calidad con relativa facilidad, según podrá
    apreciarse de las explicaciones que se dan en los siguientes párrafos.
  • Medidas Previas.
    Un primer aspecto que es necesario tener en cuenta, son las medidas mínimas a tomar durante
    la construcción de la albañilería, destinadas a asegurar una buena ejecución del relleno:
    • la colocación del mortero de junta debe efectuarse de manera de evitar su rebalse hacia
    el interior de los huecos a rellenar, de manera que no produzcan posteriormente
    obstrucciones en el escurrimiento del material de relleno. Adicionalmente es necesario
    colocar mortero de junta también en los tabiques del bloque, de modo de formar una
    celdilla cerrada.
    • en la hilada inferior de la zona a rellenar, frente a los huecos que se rellenarán, deberán
    disponerse aberturas o ventanas destinados a la eliminación de la suciedad acumulada
    durante la erección de la albañilería. En la Figura 5.30 se indica una disposición
    recomendada para este objeto.
  • Limpieza Previa.
    Inmediatamente antes de proceder a la colocación del material de relleno deberá efectuarse la
    limpieza del espacio a rellenar, de preferencia mediante aire comprimido. En el caso de no
    disponerse de este elemento, convendrá efectuar un escobillado o varillado interior destinado a
    eliminar adherencias o derrames interiores. empleando un trozo de polietileno o similar colocado
    en la ventana inferior para recolectarlas. En ningún caso deberá emplearse agua para esta
    limpieza.
  • Colocación del Relleno.
    La ejecución del relleno es una etapa importante, para la cual es necesario tomar precauciones
    que aseguren que se logrará realizarlo en forma compacta y sin segregación de sus componentes. En las líneas que siguen se analizan las medidas adecuadas para lograr este objetivo.
    • Elección del Material da Relleno.
    Como criterio general, es aconsejable el uso de hormigón cuyo tamaño máximo del árido
    grueso no sea superior a 19 mm cuando los bloques empleados sean de un ancho igual
    o superior a 190 mm y mortero cuando esta dimensión es de 140 mm o inferior.
    • Plazo de Espera Previo al Relleno.
    Para la iniciación del relleno de la albañilería debe esperarse un plazo de 24 horas
    después de terminada su erección. Este plazo debe aumentarse a 72 horas si el espesor
    de la albañilería es de 90 mm o inferior, situación que se presenta en los tabiques y las
    albañilerías compuestas, o si la temperatura ambiente media es inferior a 1 0ºC durante
    su construcción.
    • Altura de la Etapas de Ejecución del Relleno.
    La altura máxima de las etapas de ejecución del relleno de los bloques debe estar en
    concordancia con el espacio libre interior disponible para colocar el material de relleno, el
    que se relaciona a su vez con el ancho del bloque utilizado para el muro.
    Basándose en la experiencia existente sobre la materia, pueden establecerse las siguientes alturas máximas de relleno aplicables a las obras de albañilería armada en base
    a bloques de hormigón:
    • Bloques de dimensión mínima igual o inferior a 90 mm : ≤ 1 .5 m
    • Bloques de dimensión mínima superior a 90 mm : ≤ 2.5 m
    Esta última cifra puede sobrepasarse si se dispone de recursos especiales para la colocación del
    relleno, que permita su vaciado sin segregación desde el interior del espacio de los huecos de los
    bloques, como sucede si se emplea una bomba colocadora equipada con manguera de goma en su
    extremo libre para el material de relleno.

Adicionalmente a la mínima dimensión de los huecos interiores de los bloques, las etapas deben
concordar con la planificación general de la obra, tomando en consideración los rendimientos
posibles de obtener en la colocación de bloques y de armaduras, de manera que el relleno se
efectúe sin detenciones en toda la altura prevista para la etapa.
Por las razones expuestas, en las obras dé edificación es costumbre en la práctica limitar las
etapas a la altura correspondiente a medio o un piso.
Debe señalarse, sin embargo, que la adopción de esta última altura hace necesario de todas
maneras prever una detención en la ejecución del relleno a media altura, esperando un lapso de
30 a 60 min antes de completar el total. La detención señalada tiene por objeto permitir el
asentamiento del relleno y la absorción del agua libre por los bloques, disminuyendo la presión
hidrostática sobre la albañilería. El relleno debe recompactarse una vez transcurrido el máximo
tiempo de espera compatible con una adecuada compactación y con una buena adherencia
entre etapas del relleno, para lo cual éste debe mantener aún una consistencia blanda.

  • Procedimiento de Colocación del Relleno.
    El sistema de colocación del material de relleno debe garantizar su puesta en obra sin producir
    segregación de sus componentes, para lo cual su altura de vaciado deber ser la mínima posible.
    Esta condición no siempre es fácil de cumplir, por razones de acceso a los puntos de colocación,
    motivo por el cual el procedimiento de bombeo del material de relleno resulta muy práctico para
    esta finalidad (Ver Figura 5.31). Sin embargo, en obras medianas o pequeñas su empleo puede
    resultar de alto costo y se le reemplaza por la colocación mediante capachos o baldes, los cuales
    deberán estar equipados con tubos o mangas que faciliten el acceso hasta la boca de la columna
    de bloques a rellenar.
    La compactación del relleno se efectúa mediante varillado o vibrado en toda la altura colocada.
    En caso de emplear vibrador, el tiempo de aplicación debe limitarse al mínimo necesario para
    lograr la compactación, sin producir segregación, aspecto muy importante en este caso, tomando
    en consideración la alta fluidez del material de relleno.

5.5 Curado de las Albañilerías.
El curado de las albañilerías de bloques de hormigón adquiere características especiales, por el
hecho que no deben humedecerse los bloques para impedir su contracción posterior por secado.
Sin embargo, dado que la calidad resistente del mortero de junta, y por lo tanto su adherencia,
depende de que el cemento logre el mayor grado de hidratación posible, es necesario evitar que
éste pierda el agua de amasado.
Para lograr este objetivo, existen varias alternativas en la aplicación del curado:

  • Humedecer las caras expuestas del mortero de junta, lo cual es una operación de
    relativo cuidado por la pequeña superficie que representan. Por ello debe efectuarse con
    elementos que limiten el humedecimiento sólo a esas juntas, por ejemplo con brocha o
    rociado mediante neblina.
  • Empleo de compuestos de sellado en la superficie del mortero de juntas. Este punto debe
    ser consultado con el proveedor de estos materiales, pues éstos pueden debilitar la
    adherencia de la pintura u otros materiales de recubrimiento que se empleen.
  • Colocar materiales impermeables que eviten o retarden la evaporación del agua del
    mortero. Para este objeto son apropiadas las láminas impermeables, como el polietileno, las cuales deben colocarse muy bien adheridas a la superficie de la albañilería.
    El curado del mortero u hormigón de relleno es menos imperativo, dado que éste queda
    protegido de su desecamiento por los mismos bloques. Es conveniente, sin embargo, humedecer o proteger de la evaporación las caras expuestas en las etapas de detención, con el objeto
    de lograr una buena adherencia con el relleno que se continúe colocando encima.

5.6 Precauciones en Temperaturas Extremas.
Si la construcción de la albañilería se efectúa en condiciones de temperatura inferiores o
superiores a las normales es conveniente tomar precauciones adicionales sobre los procedimientos habituales reseñados anteriormente, las cuales se analizan en los párrafos que siguen.

  • Condiciones de Tiempo Frío.
    Se estima que las condiciones de baja temperatura hacen necesario prever medidas adicionales
    cuando la temperatura media diaria desciende bajo 5
    ºC, ya que a partir de esta cifra toman
    importancia algunos factores tales como los siguientes:
    • El desarrollo de resistencia del mortero de junta, que al hacerse más lento, afecta
    apreciablemente el rendimiento de construcción.
    • Menor capacidad de retención de agua por parte del mortero. Esta situación acarrea dos
    consecuencias principales:
    ” disminución de la adherencia mortero/bloque, aún considerando que la menor temperatura permite rebajar la razón agua/cemento manteniendo la trabajabilidad del mortero.
    ” mayor absorción de agua por parte de los bloques, lo cual incide en un aumento de su
    contracción por secado al subir nuevamente la temperatura.
    \
    Estas condiciones pueden controlarse mediante un adecuado uso de cementos de alta resistencia inicial, eventualmente aditivos acelerantes, y de elementos de retención de agua, por e¡emplo
    cal hidráulica. Las condiciones de uso de estos elementos deben definirse en cada oportunidad
    de acuerdo a las condiciones particulares de la obra.

Si la temperatura desciende bajo O
ºC, además de acentuarse las características antes señala•
das, existe el riesgo de congelación del agua del mortero, circunstancia que, de producirse,
afectará las propiedades finales de la albañilería en forma significativa, disminuyendo en particular su resistencia. Para obviar estos inconvenientes es necesario disponer de elementos de
calefacción, que permitan mantener al mortero en condiciones de temperatura lo más cercana a
las normales que sea posible.
Precauciones similares es necesario tomar con los morteros y hormigones de relleno, aun
cuando con respecto a éstos son las propiedades resistentes las que adquieren mayor relevancia.

  • Condiciones de Tiempo Caluroso.
    En condiciones de tiempo caluroso, definiéndose como tal los períodos en que la temperatura en
    el punto de construcción de la albañilería supera los 35ºC, los efectos son opuestos a los
    señalados para las bajas temperaturas y se caracterizan fundamentalmente por:
    • Aceleración del comienzo del fraguado y endurecimiento.
    • Mayor velocidad de evaporación del agua de amasado.
    Estos efectos se traducen en la necesidad de prever una colocación más rápida de los bloques
    en la albañilería y en la necesidad de tomar la precaución de humedecer levemente las
    superficies libres del mortero de junta, para evitar su resecamiento, lo cual afectaría su adherencia.
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