Desde su aparición, a fines del siglo pasado, el empleo de los bloques de hormigón en las obras
de ingeniería en los países desarrollados ha alcanzado una importante extensión, tanto en
cantidad como en variedad de usos.
Para ilustrar la magnitud que su uso ha alcanzado en algunos países desarrollados, puede
señalarse que la cantidad de bloques producidos supera sólo en Canadá y Estados Unidos los
5000 millones de unidades al año, destinados a una gran variedad de aplicaciones, tales como
edificación de viviendas de hasta 1 O pisos de altura, muros divisorios, chimeneas, piscinas,
estanques, silos, muros de contención, cámaras, etc.
Esta amplia utlllzaclón de los bloques proviene principalmente de las ventajas que en algunos
aspectos presentan con respecto a otros materiales de construcción, entre los que pueden citarse
su facilidad de uso tanto en soluciones constructivas simples como estructurnles, !a
capacidad de conferirles con facilidad propiedades de textura superficial sin necesidad de
terminaciones ni revestimientos adicionales, con las ventajas económicas y arquitectónicas que
ello significa y una apropiada aislación térmica y acústica y resistencia al fuego.
Las estructuras de albañilerías armadas empleando bloques de hormigón han demostrado, además, una buena capacidad de resistencia sísmica, especialmente si se adoptan buenos procedimientos constructivos. Una comprobación de este hecho lo constituyen las conclusiones obtenidas
en el sismo de 1985 (“Lecciones del Sismo del 3 de Marzo de 1985”, editado por el ICH.).
Debe señalarse, además, su menor costo ·trente a la albañilería de ladrillos, derivada de sus
características de peso y dimensiones, que permiten un uso significativamente menor de mano
de obra para su manipulación y de mortero de pega por unidad de superficie de muro.
En contraposición, su empleo requiere de técnicas simples, pero más cuidadosas para su
recepción, mantención y empleo en obra, las cuales se analizan en el presente texto.
Por otra parte, el empleo de los bloques de hormigón puede adaptarse a todas las formas
constructivas que requieren la participación de la albañilería, sea ésta simple, armada o reforzada,
entendiéndose como tales las que corresponden a las siguientes definiciones:
- albañilería simple es la constituida mediante bloques de hormigón adheridos entre si
mediante un mortero denominado de junta. Pueden ser resistentes o no, de acuerdo a
su espesor - albañilería armada es la formada básicamente por una albañilería simple de calidad
resistente, la cual lleva insertas armaduras en algunos de los huecos de los bloques,
embebidas en un mortero u hormigón de relleno de esos huecos
albañilería reforzada es la formada por una albañilería simple confinada por elementos
de hormigón armado
El presente texto tiene por objeto divulgar los antecedentes generales de mayor importancia
relacionados con el empleo de bloques de hormigón en las obras de albañilería armada, pero
debe considerarse que algunos conceptos aquí contenidos son también aplicables a las albañilerías simples y, por extensión, a las reforzadas.
Para este fin, se reúnen en él diversos antecedentes relacionados con las características de los
bloques y de los materiales constituyentes, y con los conceptos generales de diseño y construcción de las albañilerías armadas utilizando bloques de hormigón, tratando de adaptarse a las
condiciones y elementos habitualmente empleados en la construcción en nuestro país, pero
señalando al mismo tiempo aquellas prácticas en que es conveniente elevar el actual nivel
técnico generalmente utilizado, sin por ello conducir a costos que pudieran resultar onerosos.
