Tipologías de Pisos Industriales: Guía de Diseño y Selección
Los pavimentos industriales de hormigón son estructuras diseñadas para soportar cargas y condiciones de uso específicas. Su diseño y selección deben considerar factores críticos como las cargas a soportar, el uso previsto, los requerimientos de regularidad superficial, las condiciones ambientales y los aspectos constructivos.
Es el sistema más básico, donde el hormigón trabaja principalmente a compresión. Su éxito depende casi exclusivamente de la calidad del corte de juntas.
Sin Pasadores: Confía en la trabazón de agregados (la rugosidad de la grieta bajo el corte). Es efectivo solo si las losas no se separan.
Con Pasadores (Dowels): Se insertan barras de acero liso en las juntas para permitir el movimiento horizontal (contracción) pero restringir el movimiento vertical, evitando el escalonamiento de las losas.
Los paños deben ser lo más cuadrados posible para evitar grietas diagonales por torsión.
El tiempo de aserrado es vital. Si se corta muy tarde, aparecen grietas aleatorias; si se corta muy pronto, se desborona el borde (raveling).
El acero se añade no para aumentar la capacidad de carga estructural, sino para mantener unidas las caras de las fisuras una vez que aparecen (control de ancho de grieta).
Para controlar la retracción, el acero debe ubicarse en el tercio superior de la losa. Si la malla queda en el fondo (por pisadas durante el hormigonado), pierde su función de control de fisuración superficial.
El acero ayuda a resistir las fuerzas de tracción generadas por la fricción de la losa contra la subbase durante el proceso de secado.
Aunque controla las grietas, no elimina la necesidad de juntas de contracción, aunque permite separaciones ligeramente mayores que en el hormigón simple.
Las fibras transforman el hormigón de un material frágil a uno dúctil, aportando capacidad residual de carga después de la primera fisura.
Macrosintéticas: Principalmente para reemplazar mallas electrosoldadas y controlar retracción. No se corroen.
Metálicas: Aportan gran capacidad estructural y resistencia al impacto.
La propiedad clave es la capacidad de absorber energía. Las fibras «cosen» las microfisuras en todas direcciones (refuerzo isotrópico), impidiendo que se conviertan en macrofisuras.
Al ser un refuerzo tridimensional, las fibras ayudan a proteger los labios de las juntas contra el despostillamiento causado por el tráfico de ruedas duras.
Este sistema utiliza la química del cemento para combatir la física de la contracción. Se basa en la formación controlada de etringita.
El hormigón se expande durante los primeros días (curado húmedo). El refuerzo interno restringe esta expansión, creando una precompresión en el hormigón.
Cuando el hormigón finalmente se contrae por secado, esta contracción simplemente «relaja» la precompresión inicial en lugar de generar tensión que cause grietas.
Requiere obligatoriamente un curado húmedo estricto (generalmente 7 días) para activar la reacción química expansiva. Sin agua, el sistema falla.
Es el sistema más básico, donde el hormigón trabaja principalmente a compresión. Su éxito depende casi exclusivamente de la calidad del corte de juntas.
Sin Pasadores: Confía en la trabazón de agregados (la rugosidad de la grieta bajo el corte). Es efectivo solo si las losas no se separan.
Con Pasadores (Dowels): Se insertan barras de acero liso en las juntas para permitir el movimiento horizontal (contracción) pero restringir el movimiento vertical, evitando el escalonamiento de las losas.
Los paños deben ser lo más cuadrados posible para evitar grietas diagonales por torsión.
El tiempo de aserrado es vital. Si se corta muy tarde, aparecen grietas aleatorias; si se corta muy pronto, se desborona el borde (raveling).