Industrialización y Prefabricados: Hormigón de Alto Desempeño
En la industria del prefabricado, la relación resistencia/peso es una variable económica fundamental. La incorporación de macro-fibras permite reemplazar la armadura pasiva en elementos de pared delgada, eliminando la restricción del recubrimiento mínimo de hormigón (generalmente 2-3 cm) necesario para proteger el acero. Esto faculta a la ingeniería para diseñar secciones más esbeltas y ligeras, optimizando el uso de material y permitiendo la ejecución de geometrías arquitectónicas complejas (curvas, texturas profundas) que serían inviables con mallas rígidas.
Posibilidad de disminuir la sección transversal sin comprometer la capacidad de carga.
El refuerzo llega a cada esquina y arista del molde, donde la malla no alcanza.
Optimización de costos de transporte y capacidad de grúa al reducir la masa muerta.
Facilita el llenado de moldes intrincados sin interferencias de barras de acero.
En la construcción de viviendas, la patología más frecuente es la aparición de microfisuras en losas y radieres debido a la retracción hidráulica (pérdida de agua) durante el fraguado. La armadura tradicional (malla electrosoldada liviana) suele quedar mal posicionada —generalmente en el fondo de la losa por el tránsito de operarios—, anulando su función de control. Las fibras, al estar dispersas en toda la matriz, garantizan una intercepción inmediata de las tensiones capilares en la superficie, que es donde realmente se originan las grietas por secado.
Previene grietas por choque térmico en procesos de curado a vapor.
Reduce drásticamente el desportillamiento (spalling) de esquinas y bordes machihembrados.
Mayor tolerancia a vibraciones e impactos dinámicos durante el traslado en camión.
Disminución significativa de la tasa de piezas descartadas por daños estéticos o estructurales en planta.
En elementos expuestos a la intemperie o ambientes agresivos (dovelas, tuberías, paneles de fachada), la corrosión de la armadura tradicional es la principal causa de deterioro. Al utilizar macro-fibras sintéticas como refuerzo principal o secundario, se elimina el riesgo de oxidación expansiva y manchas de óxido en la superficie. Además, al controlar la fisuración por retracción, se reduce la permeabilidad del elemento, bloqueando el ingreso de cloruros y sulfatos que atacan la matriz cementicia.
Las fibras sintéticas no se oxidan, garantizando la estética visual a largo plazo.
Ideal para canales hidráulicos y tuberías que transportan sedimentos.
Permite superficies «cara vista» homogéneas sin sombras de armadura
La integración de fibras en el proceso de prefabricado responde directamente a la necesidad de industrialización. Al dosificar el refuerzo automáticamente en la planta de hormigón, se elimina el «cuello de botella» que representa la fabricación, colocación e inspección de canastillos o mallas de acero. Esto permite un flujo de trabajo continuo, acelerando la rotación de moldes y aumentando la capacidad productiva diaria de la planta sin necesidad de aumentar la dotación de personal.
Eliminación de Acopio
Se suprimen los stocks de acero y áreas de armado de ferralla.
Dosificación Automática
Precisión y trazabilidad del refuerzo mediante dispensadores integrados al software de planta.
Rotación de Moldes
Aceleración del ciclo de producción al verter directamente sobre el molde limpio.
Reducción de Mano de Obra
Menor dependencia de personal especializado en corte y doblado de acero.